Aristóteles a la mesa

Aristóteles dijo que nadie puede ser amigo de un dios. ¿Por qué? Porque la amistad requiere igualdad, y ¿qué dios dejaría su estado celestial para volverse igual a seres humanos terrenales?

Un amigo a medianoche

«¿A quién puedes llamar a medianoche cuando todo anda mal?». Esta pregunta me sacudió cuando la oí por primera vez. ¿Cuántas de mis amistades eran suficientemente fuertes para importunarlas cuando las necesitara? No estaba seguro.

En las profundidades

La Abadía de San Fructuoso está enclavada en una cueva en la costa noroeste de Italia, solo accesible en bote o a pie. Pero su bahía esconde más cosas. Cuando los clavadistas se lanzan al mar y descienden unos treinta metros, aparece la figura de un hombre: el Cristo del abismo, la primera estatua subacuática, colocada en 1954. La figura de bronce describe a Jesús en las profundidades, con sus manos alzadas al cielo.

Todo se perdona

En uno de sus cuentos cortos, Ernest Hemingway presenta a un padre que anhela reunirse con su hijo distanciado. Pone un anuncio en un periódico local: «Paco, reúnete conmigo en el Hotel Montana el martes al mediodía. Todo está perdonado». Cuando el padre llega, se encuentra con 800 Pacos que respondieron a su anuncio, anhelando ser perdonados por sus padres.

Belleza de la adversidad

El artista Degas padeció una enfermedad en la retina durante los últimos 50 años de su vida que hizo que dejara de pintar al óleo, ya que las líneas de las tizas pastel eran más fáciles de ver. A Renoir le tenían que colocar los pinceles entre los dedos cuando la artritis se los deformó como garras. Y cuando una cirugía dejó inmóvil a Matisse, se volcó al collage, dirigiendo a sus asistentes para que pegaran trozos de papeles de colores a una hoja más grande sobre la pared. En cada caso, se produjo un logro creativo: las Bailarinas de azul, de Degas; Muchachas al piano, de Renoir; La tristeza del rey, de Matisse; y otras obras maestras. Al adaptarse a las pruebas, la belleza emergió de la adversidad.

Dios: nuestro cimiento seguro

Grietas en la cocina y pisos hundidos indicaban que nuestra casa necesitaba una renovación. Cuando los constructores empezaron a cavar un cimiento nuevo, las cosas se pusieron interesantes: aparecieron platos rotos, botellas de la década de 1850 e incluso cubertería. ¿Habíamos construido arriba de un viejo basurero? Quién sabe… pero como resultado, los ingenieros dijeron que había que cavar más profundo o, si no, se agrietarían las paredes.

Obras de gracia

En la novela Sobre Grace, David Winkler anhela encontrar a su hija distanciada, y Herman Sheeler es la única persona que lo puede ayudar. Pero hay un impedimento. La hija de David nació de un amorío de él con la esposa de Herman, y este le había advertido que nunca más lo contactara.

Ambición solidaria

Gregorio de Nazianzo y Basilio de Cesarea fueron líderes renombrados de la iglesia del siglo iv, y también eran amigos íntimos. Se conocieron cuando estudiaban filosofía, y según Gregorio, se volvieron como «dos cuerpos con un solo espíritu».

Asociación con Dios

Cuando mi amiga y su esposo tenían problemas para concebir, los médicos recomendaron que ella se operara. Pero ella dudaba. «¿No bastaría con orar para resolver el problema? —decía—. ¿Realmente necesito ese procedimiento?». Mi amiga estaba tratando de entender el papel de la acción humana en ver obrar a Dios.

La velocidad del gozo

Ve a la velocidad del gozo. Esta frase me vino a la mente mientras oraba por el año que comenzaba, y me pareció apropiada. Era propenso a trabajar demasiado, lo que solía quitarme el gozo. Por eso, me comprometí a trabajar a un paso placentero ese año, y hacer espacio para amigos y actividades alegres.